NUESTRA HISTORIA

El nombre Otra Firma refleja lo que queremos transmitir en cada prenda: identidad, carácter y autenticidad. Pero detrás del nombre hay mucho más. Esta es una historia de caídas, aprendizajes y resistencia, que hoy nos permite estar aquí contigo.

Todo comenzó en 2013. Doce años parecen fáciles de decir, pero en el camino hemos vivido estafas, tropiezos y decepciones que podrían contarse por cientos. Nuestro Founder & CEO, Beliard, suele bromear diciendo que necesitaría los dedos de todo el equipo para enumerarlas.

En aquel entonces, Beliard no se consideraba una persona visionaria. Él mismo lo admite. Nunca imaginó que Otra Firma llegaría a crear prendas con un nivel de calidad tan alto. Su motivación inicial era mucho más simple y poderosa: expresar con el mundo el amor absoluto hacia su primer hijo.

Buscó prendas que simbolizaran esa unión, pero no encontró nada que le hablara realmente. Entonces decidió hacerlo él mismo. Sin experiencia, empezó a diseñar, a imprimir, a cortar telas y a probar materiales. Sin darse cuenta, estaba dando forma a lo que hoy somos.

Claro, no todo fue fácil. Su primer socio lo traicionó, luego un administrador dejó la tienda sin inventario ni capital. Cada año parecía llegar una nueva prueba. Muchas veces surgió la pregunta: ¿Vale la pena seguir?

Hoy, después de más de una década de lucha, la respuesta es clara: sí, valió la pena. Cada estafa, cada lágrima, cada golpe nos trajo hasta aquí. Y que tú estés leyendo estas líneas ya es prueba de que resistir valió el esfuerzo.

NUESTRO OBJETIVO

Crear productos de calidad. No pretendemos ser perfectos, aún estamos creciendo, pero cada detalle de lo que hacemos refleja horas de dedicación. Cuando eliges una de nuestras prendas, no compras solo ropa: compras una esencia, una historia, una firma única. Compras parte del alma de un guerrero que cree que todavía podemos hacer las cosas con un estándar distinto, superior.

 

VISIÓN

Hacemos lo que hacemos para inspirar. Queremos recordarle a las nuevas generaciones que el esfuerzo siempre tiene recompensa. Y no hablo solo de lo material, sino de esa satisfacción interna que te hace sentir que avanzas, que mejoras un poco cada día. Aunque sea solo un 1% más, cada paso firme es una señal de que confías en ti y sigues adelante.